Me pregunto si aún te acuerdas de aquellas tardes que miraba y estabas ahí, a mi lado, mirándome fijamente. De las conversaciones interminables. De las competiciones para ver quién enviaba la canción con la mejor letra. O las teorías ininteligibles para mí, que intentabas explicarme como si estuviera en el colegio. De las miradas cómplices. Y de aquella vez en que me dijiste una de las frases más bonitas que he escuchado nunca, quizá precisamente por eso, porque la habías dicho tú.
Sí, a veces te echo tanto de menos... y te busco, y miro otra vez a esa persona que duerme a mi lado, con tus mismos ojos, con tus mismas manos, con tu misma sonrisa...
Pero tú ya no estás ahí.
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