Nunca esperes mucho de aquellos que prometen demasiado. Es mejor estar sorprendido que decepcionado.

martes, 13 de septiembre de 2011

¡Te quiero!

De nuevo me sentí helado por la sensación de lo irreparable. Y comprendí que no soportaría la idea de no oír nunca más su risa. Era para mí, como una fuente en el desierto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario